Seguidores

domingo, 9 de diciembre de 2012

Días grises en mi burbuja



Retrocedo la mente a mis años en los que, tenia ilusiones, en mi típica frase de cuando pueda pero sé que lo haré  pasaron los años con las mismas ilusiones, cuando llegas a la noticia que no esperas, piensas en todo lo que dejas atrás, todo lo que no se podrás hacer jamás, es duro pensar en que has de resignarte a vivir en un sitio totalmente aséptico, en que no puedes permitir la entrada a nadie que no haga un control exhaustivo para poder entrar, en tu burbuja, tu único sitio libre de tóxicos, los cuales te han causado esta grave enfermedad con las siglas SQM, para siempre, sin cura, solo el aislamiento y el no volverte loco entre la soledad y los dolores, entre lo que quiere tu mente y lo que tu cuerpo te deja, es tan agrio como cuando vomitas bilis y te queda ese gusto asqueroso en tu garganta quemada.

Soy nueva en esto y puedo asegurar que va muy rápido, sin darte cuenta estas completamente  aislado del exterior, sin comprensión, con apenas ayuda, sin los que se llamaban amigos, tu teléfono ya no suena, solo lo necesitas para una emergencia.

Realmente hay veces que piensas, si valdrá la pena tener una vida así, la pregunta real tiene su lógica, si lo piensas es aplastante, cuánto tiempo he de vivir así y con qué fin, si se le puede llamar vida.

Para alguien extrovertida, alegre, divertida, verse aferrada a esta soledad impuesta por mi organismo el cual no tolera ni una sola sustancia que afecte a su funcionamiento, alertando cualquier olor que pueda detectar perjudicial y con automática respuesta al mismo, provocando una crisis que deja secuelas en tu maltrecho cuerpo.

Aceptar no usar nada de lo que todo el mundo usa y cambiarlo por una máscara que hace que todo el mundo te mire, esta vez no para decir si eres guapa o fea, sino para decir que monstruo anda suelto, provocando el alejamiento de las personas, de las que me apiado, por su incultura y su miedo a que pueda contagiarles algo malo, cuando los que me enferman son simplemente ellos, tienen miedo a morir, quizás sea la diferencia entre ellos y yo.